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martes, 23 de febrero de 2010

23-F: La patraña nacional


Análisis del Coronel Amadeo Martínez Inglés: "El rey debe asumir sus responsabilidades"

Publicado en:www.larepublica.es
Ha costado casi tres décadas pero al final la verdad, como no podía ser de otro modo, ha saltado a la luz con fuerza inusitada (de momento, solo a través de los no censurados canales informativos de la red) una vez que el secreto mejor guardado de la transición, la muy reservada directiva golpista de la cúpula militar española de los años ochenta clasificada como “Máximo Secreto” y que contemplaba la madrugada del 2 de mayo de 1981 como siniestro punto de partida de un nuevo “Alzamiento Nacional”, la desconocida hasta hace muy pocos días “Operación Móstoles”, la técnicamente conocida por sus planificadores y valedores como DIPLANE (Directiva de Planeamiento Estratégico) CGA-02M-81 de la Capitanía General de Aragón y con “poder operativo real” sobre el 80% del conjunto de las FAS españolas de la época… está ya a disposición de todos los españoles.

Sí, así es, a día de hoy, cuando se cumple el vigésimo noveno aniversario del famoso y mediático 23-F, acaba de desvelarse el último de sus secretos y ya se sabe a ciencia cierta cual fue la razón última (y única) de que en España se desarrollara, en la tarde/noche de aquél tragicómico día 23 de febrero de 1981, una de las mayores y chapuceras maniobras político-militares que recuerda la historia de este país: contra el orden establecido, contra la propia Constitución española, contra sus leyes y contra la pacífica convivencia de todos sus ciudadanos. Y a cargo, precisamente (aunque la verdad durante todo este tiempo ha permanecido escondida tras las amplias bambalinas mediáticas del sistema) de la más alta autoridad institucional que debía garantizar todo lo anterior: el jefe del Estado español a título de rey, Juan Carlos de Borbón.

Sí, sí, amigos, nos han estando engañando durante casi treinta años (cortesanos, periodistas, políticos y pelotas de la muy rancia monarquía de derecho franquista que todavía “disfrutamos”) a los ciudadanos de este país en relación con el 23-F, haciendo pasar por un rey valentón, salvador de la democracia y defensor de los derechos y libertades de todos sus súbditos a un señor (con corona eso, sí) que, en realidad, fue el impulsor, el coordinador y el máximo responsable de aquella mal llamada “intentona militar involucionista”. Y es ahora, tras 29 años de silencio culpable por parte de los poderes públicos en los que nos hemos tenido que tragar historietas falsas sobre “el bueno y gran Borbón” que nos salvó a todos los españoles de Tejero y los suyos, y hasta series televisivas hagiográficas y repugnantes por parte de TVE, cuando por fin se puede demostrar con pruebas irrefutables provenientes del ámbito militar que este monarca sin par, Juan Carlos I, demócrata, valeroso, enviado por Dios cual nuevo Santiago matamoros para salvar in extremis a la siempre cristiana España, fue en realidad quien, víctima de un agudo ataque de miedo insuperable ante lo que se le venía encima en la emblemática fecha del 2 de mayo de ese fatídico 1981 por cuenta de sus antiguos subordinados (los generales franquistas) que querían su cabeza por traidor a su generalísimo, se permitió dar luz verde a sus validos y cortesanos militares para que pusieran en marcha el contragolpe blando y palaciego que recondujera la difícil situación… o sea, el 23-F que todos conocemos.

Y ahora, sabiendo lo que ya sabemos, solo nos queda a los españoles, en el vigésimo noveno aniversario de aquella charlotada “made in Zarzuela”, el recurso de pedirle cuentas, muy claras y precisas, a nuestro querido rey “salvador” de antaño. Porque, de entrada, y a poco que estudiemos someramente la documentación que sobre el 23-F y la “Conspiración de mayo” de los generales franquistas que lo propició corre como la pólvora estos últimos días por la red, queda meridianamente claro para cualquiera que el todavía jefe del Estado español (a título de rey) cometió ese infausto día, entre otros, presuntos (pero que muy presuntos) delitos de golpismo, traición y cobardía. Sí, sí, tres y a cual peor. Aclaremos un poco la cuestión para los no iniciados en estos chanchullos borbónicos. Veamos:

El ciudadano Borbón (rey de España sí, pero por la gracia de Franco), cometió en primer lugar un presunto delito de golpismo. Siempre estuvo muy claro para los pocos, poquísimos, investigadores que llevamos décadas estudiando aquella su subterránea apuesta palaciega del 23 de febrero de 1981, que la máxima responsabilidad de tan demencial maniobra político-militar-institucional debía recaer en su regia figura. Y existían (y existen) tantas pruebas y tan abundantes indicios racionales de esa culpabilidad que alguno de esos investigadores (no miro a nadie), inasequible al desaliento y luchando a brazo partido contra el omnímodo poder del sistema, se ha permitido trasladarlas repetidas veces a las más altas instituciones del Estado español, Cortes Generales incluidas; para que la verdad de lo sucedido hace ahora 29 años pudiera salir a la luz y fuera conocida en toda su extraordinaria gravedad por el pueblo español. Ahora, tras la salida a la opinión pública del secreto militar tan celosamente guardado durante treinta años en lo más recóndito del estamento castrense, la cosa no admite ya ninguna duda y al campechano y golpista Borbón de nuestra historia no le quedará más remedio, más pronto que tarde, que asumir su errores con todas las consecuencias.

En segundo lugar, el coronado sujeto que preside el organigrama político español, deberá asumir también algún día con todas las consecuencias la perversa traición que cometió con sus leales subordinados, colaboradores y validos militares (los generales Armada y Milans) al abandonarles a su suerte tras la absurda mascarada de Tejero; después de llamarles repetidas veces desleales, miserables y golpistas y patrocinando un absurdo juicio militar en Campamento (Madrid) que, además de salvar sus claras responsabilidades personales como supremo valedor de la desgraciada intentona político-militar puesta en escena por Tejero, corroborara la injusta clasificación de ambos altos militares como “cabezas de turco” institucionales y los enviara a prisión por treinta años sin las más elementales garantías jurídicas y de defensa.

Y por último, tras las últimas informaciones aparecidas sobre el 23-F y sus prolegómenos políticos y militares, queda también meridianamente diáfano que el monarca español, presunto héroe de aquella estrafalaria asonada, hizo gala de una cobardía sin límites a lo largo de todo su desarrollo refugiándose permanentemente en el egoísmo más brutal, en la vanidad más escandalosa y en el más absoluto desprecio por el pueblo español al que puso, con su insano proceder, al borde de una nueva guerra civil. Todo por salvar como fuera su preciada corona.

Todos los hechos históricamente relevantes en un país, hasta los más despreciables como las guerras y los golpes de Estado, tienen sus reglas y, si se permite la ironía en un caso como éste, su “deontología profesional”. Y si en un golpe de Estado o en cualquier otra acción ilegal contra la patria, un líder político o militar (y no digamos un rey inviolable, cuasi divino) se ve abocado a cambiar sus planes, sus indeseables proyectos, para reconducir su ilegal operativo e, incluso, para sobrevivir a su crimen, no puede ni debe abandonar a sus subordinados sin asumir sus responsabilidades, aunque solo sea a título intimo y personal. Y menos aún traicionarles públicamente, insultarles y enviarles a galeras por muchos años.

Prácticamente en ningún país de este violento mundo, ni el más descerebrado de los golpistas castrenses en una acción contra el Estado ni el más sanguinario de los generales carniceros en una cruenta guerra, osaría, saltándose a la torera una norma “ética” no escrita en reglamento militar alguno pero respetada hasta el sacrificio por cualquier jefe u oficial con mando, tachar de traidores y desleales a unos subordinados que, cumpliendo órdenes suyas, se han sacrificado y puesto en juego sus carreras y sus vidas.

Lamentable, desde luego, la actuación del rey Juan Carlos I en la larga noche del 23-F. Aunque alguien podría decir al respecto: “Así han obrado la mayoría de los reyes españoles durante siglos”. Y es verdad. Pero esos reyes casi siempre acabaron, aunque la historia no lo recogiera, con el infamante apellido de “rey felón” grabado a fuego sobre su regia corona. Y, además, ninguno, que yo sepa, tuvo la desfachatez y la caradura de reclamarse demócrata y salvador de los derechos y libertades de sus súbditos.

Golpista, traidor y cobarde. Tristes sambenitos para nuestro antes “muy amado” (ahora muchos españoles lo reciben con gritos e insultos) y envejecido Juan Carlos I que, sin embargo, logró salvar su corona y su figura el 23-F. Pues esta es la verdad, amigos, y así acabará pasando a la historia, pese a quien pese. Aunque TVE, siguiendo órdenes de La Zarzuela, nos siga dando la lata año tras año con su matraca oficialista: “El día más largo del rey...” Y, también, queridos pelotas de la televisión pública, el más despreciable y culpable de su ya largo reinado, a pesar de que al final, traiciona que te traiciona, se saliera con la suya. Por cierto ¡Anda que no pasó miedo ese recordado día el puñetero Juanito de nuestra historia, llorando a moco tendido en brazos de su “santa griega” y del bueno de don Sabino! Pero hay que reconocer que aguantó el tipo el muy c… Y es que tiene una cara que se la pisa.

Fdo: Amadeo Martínez Inglés
Coronel. Escritor. Historiador

domingo, 21 de febrero de 2010

El régimen escupe en la memoria de Miguel Hernández. Alza, toro de España: levántate, despierta


Publicado por J.Parra (javierparra.larepublica.es)

Sus majestades los reyes presidirán la Comisión Nacional del Centenario del Nacimiento de Miguel Hernández. No habría dado crédito a la noticia si no la hubiera visto publicada de la página web del Ministerio de la Presidencia. Al verla, me quemó un fogonazo de rabia, asco e indignación y no pude hacer otra cosa que escribir sobre las altas cotas de miseria que ha podido alcanzar un régimen cada vez más podrido y decadente.

Supongo que cualquiera se habría escandalizado si el heredero designado por Hitler hubiese presidido una comisión que homenajease el Centenario, por ejemplo, de Ana Frank. O que un militar designado por Pinochet, hiciese lo propio con Victor Jara. Espero, por tanto, que muchos se indignen, incluso que se rebelen contra esta decisión tan cínica como representativa de un régimen tan débil que intenta apropiarse de la memoria de los buenos, para salvarse de la mierda en la que ha metido a un país entero. Aunque tampoco pretendo con este artículo enumerar las miserias de un país donde la justicia da vergüenza, al Jefe de Estado lo eligió una dictadura, la ley electoral es fraudulenta, la corrupción campa a sus anchas y los bancos son dueños de España.

Con esta decisión, el régimen borbónico no solo escupe en la memoria de Miguel Hernández sino en las causas por las que luchó: la República y el comunismo. Porque no nos olvidemos que es imposible desligar en Hernández el compromiso ideológico de su poesía. El poeta murió en las cárceles franquistas, no por poeta, sino por comunista. Y no sólo no veo ningún comunista en esa Comisión, sino que además está presidida por alguien que ha dicho “No permitiré que nadie hable mal de Franco en mi presencia”, o quien juró los principios del Movimiento Nacional. Pero más aún, en esa Comisión está incluso la alcaldesa que a través del Ayuntamiento de Orihuela dio cobertura a un libro ultraderechista que usaba los versos de Hernández para insultar a la izquierda.

No entiendo las razones por las que se hace Presidentes de Honor a esos a quienes el régimen denomina “Sus Majestades los Reyes”, esos quienes lo que mejor podrían hacer sería renunciar a esa Presidencia, al menos si han leído los versos del poeta y saben lo que están presidiendo. Y si los hubieran leído, y además los entendieran, quizá serían unos reyes tan sabios que, como dice mi amigo Kalvellido, “proclamarían la Republica, y por si se arrepentían, se guillotinarían”.

Pero no será así y al régimen habrá que tumbarlo, así que como díría Hernández, más le valdría a España despertar, revolverse y salvarse.


Llamo Al Toro De España. Miguel Hernández

Alza, toro de España: levántate, despierta.
Despiértate del todo, toro de negra espuma,
que respiras la luz y rezumas la sombra,
y concentras los mares bajo tu piel cerrada.

Despiértate.

Despiértate del todo, que te veo dormido,
un pedazo del pecho y otro de la cabeza:
que aún no te has despertado como despierta un toro
cuando se le acomete con traiciones lobunas.

Levántate.

Resopla tu poder, despliega tu esqueleto,
enarbola tu frente con las rotundas hachas,
con las dos herramientas de asustar a los astros,
de amenazar al cielo con astas de tragedia.

Esgrímete.

Toro en la primavera más toro que otras veces,
en España más toro, toro, que en otras partes.
Más cálido que nunca, más volcánico, toro,
que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.

Desencadénate.

Desencadena el raudo corazón que te orienta
por las plazas de España, sobre su astral arena.
A desollarte vivo vienen lobos y águilas
que han envidiado siempre tu hermosura de pueblo.

Yérguete.

No te van a castrar: no dejarás que llegue
hasta tus atributos de varón abundante
esa mano felina que pretende arrancártelos
de cuajo, impunemente: pataléalos, toro.

Víbrate.

No te van a absorber la sangre de riqueza,
no te arrebatarán los ojos minerales.
La piel donde recoge resplandor el lucero
no arrancarán del toro de torrencial mercurio.

Revuélvete.

Es como si quisieran arrancar la piel al sol,
al torrente la espuma con uña y picotazo.
No te van a castrar, poder tan masculino
que fecundas la piedra; no te van a castrar.

Truénate.

No retrocede el toro: no da un paso hacia atrás
si no es para escarbar sangre y furia en la arena,
unir todas sus fuerzas, y desde las pezuñas
abalanzarse luego con decisión de rayo.

Abalánzate.

Gran toro que en el bronce y en la piedra has mamado,
y en el granito fiero paciste la fiereza:
revuélvete en el alma de todos los que han visto
la luz primera en esta península ultrajada.

Revuélvete.

Partido en dos pedazos, este toro de siglos,
este toro que dentro de nosotros habita:
partido en dos mitades, con una mataría
y con la otra mitad moriría luchando.

Atorbellínate.

De la airada cabeza que fortalece el mundo,
del cuello como un bloque de titanes en marcha,
brotará la victoria como un ancho bramido
que hará sangrar al mármol y sonar a la arena.

Sálvate.

Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate.
Levanta, toro: truena, toro, abalánzate.
Atorbellínate, toro: revuélvete.
Sálvate, denso toro de emoción y de España.

Sálvate.

jueves, 18 de febrero de 2010

¿Herederos de los criminales fascistas?



Andrés Sorel
http://www.andressorel.blogspot.com/

Las dos Españas de Antonio Machado nunca han desaparecido de España. Lo malo es que la España cainita, inquisitorial y asesina, continúa devorando a la otra España, la de las víctimas. Los jueces que articulan esa España genocida no desaparecieron del todo, trodavía conforman una parte importante de la magistratura. Ahora asistimos estupefactos e impotentes a un proceso al juez Baltasar Garzón. Y nos preguntamos: ¿realmente van contra el juez tan controvertido a lo largo de su carrera y del que siempre defenderemos sus actuaciones contra los genocidas de la historia, o van contra lois asesinados que, y hablamos no ya de la guerra, sino de los procesos y fusilamientos sucedidos a partir de 1939, en los que ellos, como la Iglesia con sus bendiciones, participaron, sumándose obedientes a las órdenes que dictaba el franquismo, instalados en una justicia fascista que santificó el orden político del terror y la dictadura?
No es extraño que los corruptos y políticos de la talla de Aznar, Camps o Jiménez Losantos, levanten cada vez más la voz y brinden enfervorizados porque esa España de la que ellos descienden ocupa cada vez más poder y ahora sin necesidad de coger las armas u organizar golpes de Estado. La España judicial, eclesial y comunicativa. Y en la época del culto al dinero como suprema virtud moral y de legalidad, resulta fácil comprar conciencias, imponer silencios y embrutecer pueblos. Las clases medias, gran parte de los trabajadores, espectadores de las televisiones basuras, oyentes de las radios venenosas, lectores de periodistas panfletarios conforman la masa manipulada de esta historia. Y hablan para ellos, que han perdido la razón y la capacidad de pensar por sí mismos. Que ignorar sus cadenas y que desconocen el sentido de la palabra libertad.

No son los atropellos y crímenes de la guerra lo que se pretende silenciar silenciando a Garzón sino los de la larga postguerra en la que solo existió la ley del fascismo. Porque aunque muchos de ellos vistan togas, ocupen púlpitos, empuñen -en el sentido literal de las palabras- ordenadores o micrófonos o se sienten en platós de televisión, no dejan de ser eso: fascistas.

Viven en su reino. El reino que contribueron a instaurar en 1936 y perpetuar en 1939, y al que impusieron una mordaza en la llamada transición, a la que algunos quitamos dos letras para dejar en tra(ns)ición. Y así vivimos. No necesitan volver, aunque mucho nos tememos que volverán con todo el poder. Están ahí. Nunca dejaron de estar. Eso es lo que Garzón está a punto de comprobar a partir de ahora.

viernes, 12 de febrero de 2010

Homenaje a Toné

Intervención del camarada Manuel Cruz Vias del Ateneo Republicano de Puerto Real:

Recordar es traer a la memoria, tener presente a algo o alguien para que no caiga en el olvido. Eso es lo que pretendo con esta, mi intervención, representando al Ateneo Republicano de Puerto Real: traer a la memoria, tener presente el valioso testimonio que nos ha dejado Toné, y, a la par, porque nos consta que era uno de sus máximos anhelos, reivindicar la recuperación de la memoria histórica, rescatándola del olvido y el silencio. (Hoy, precisamente, es noticia que el Tribunal Supremo quiere sentar en el banquillo al Juez Baltasar Garzón, acusándolo de prevaricador por haber abierto la primera causa penal por los crímenes del Franquismo; noticia chocante, que no debiera sorprendernos si tenemos en cuenta que más de la mitad de los actuales magistrados de ese Tribunal juraron lealtad a Franco y a los Principios Fundamentales del Movimiento en el desempeño de su función, y que no sólo ellos juraron esa fidelidad a Franco y sus Leyes, sino que también lo hizo el Rey, en cuyo nombre se administra la justicia, según la Constitución.)
Una de las citas más repetidas del poeta y dramaturgo Bertolt Brecht es la que valora a las personas en relación con su grado de compromiso. Decía el pensador alemán: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida…esos son los imprescindibles”.
El pasado día 30 de julio se fue de nuestro lado (que no de nuestra memoria) una de esas personas imprescindibles a las que se refería Bertolt Brecht: nuestro compañero, camarada y amigo Narciso Torrente Larrosa. Toné, ferviente republicano, que conoció la Segunda República (un niño republicano, decía de sí mismo que era), la derrota de ésta por la fuerza de las armas, y el exilio tanto exterior como interior, se marchó sin conocer la Tercera. Y no ha sido por falta de ganas ni esfuerzo y dedicación por conseguirlo.
El de su nacimiento fue un año de grato recuerdo. Año bueno como pocos ha conocido la historia de España: Toné vino al mundo al siguiente de que lo hiciera la Segunda República. Y fue la de su nacimiento una época esplendorosa, para enmarcar y recordar, porque, justamente, por aquellos días, en España, según dejó relatado D. Antonio Machado, (y cito textualmente):“unos cuantos hombres honrados, que llegaban al poder sin haberlo deseado, acaso sin haberlo esperado siquiera, pero obedientes a la voluntad progresiva de la nación, tuvieron la insólita y genial ocurrencia de legislar atenidos a normas estrictamente morales, llenos de respeto, mesura y tolerancia, sin atropellar ningún derecho ni desertar de ninguno de sus deberes ”.
En esa singular Belle Epoque de nuestra Historia, en que Toné nació, ese puñado de hombres y mujeres, cabales y honrados como los definió Machado, para atender a una población casi en su totalidad analfabeta e inculta (que incluía a un millón y medio de niños sin escolarizar), acometía la extraordinaria labor de construir 27.000 escuelas, crear 7.000 plazas de maestros, y llevar el conocimiento a los más recónditos parajes de España mediante las abnegadas Misiones Pedagógicas. Nació en el mismo año en que el Gobierno de la República puso en marcha, contra la criminal resistencia de los latifundistas, la reivindicada reforma agraria, con el objetivo de que cada año se asentaran en los predios sin cultivar entre 60.000 y 75.000 familias (“comed República”, respondían los terratenientes a los jornaleros cuando pedían trabajo).
Nació Toné el mismo Año, en que, por vez primera, un gobierno dicta leyes en España poniendo fin a las intromisiones del clero y la milicia en los asuntos públicos. El año en que España estrenaba la primera Constitución redactada por unas Cortes verdaderamente representativas (fue ésa, y no la de 1812, la primera constitución española, que, en puridad, merece el calificativo de democrática). Constitución (aprobada en diciembre de 1931) que fue inspiración y referencia de las que posteriormente se promulgaron en Europa y América; Ley de Leyes, que, en su primer artículo, definió a España (de manera insuperable) como República democrática de trabajadores de toda clase, organizada en régimen de libertad y de justicia; que declaraba solemnemente, en el segundo artículo, que todos los españoles son iguales ante la Ley (absolutamente todos, sin privilegio fundamentado en la filiación o nacimiento, el sexo, la clase social, las ideas políticas y las creencias religiosas, como enfatizaba el artº 25); Constitución que, sin precedente al respecto, dando muestras de la vocación pacífica de las mujeres y hombres de España, declaró renunciar a la guerra como instrumento de política nacional; y que, para acabar con la injusta y discriminatoria minusvaloración social de la mujer, y su sometimiento al varón, proclamó la plena la igualdad jurídica de mujeres y hombres.
Nació pues, nuestro admirado compañero Toné, cuando el gobierno que se había dado el pueblo estaba inmerso en la colosal empresa de enganchar a España en el tren de la modernidad y del progreso, sobre la base de los principios universales de legalidad, igualdad y fraternidad. (Coinciden hoy los historiadores –menos los revisionistas, claro está- en que, si hubieran dejado en paz a la República, con tales gobernantes y propósitos como tenía, no solo se habría podido enganchar España a ese tren –el de la modernidad-, sino que, más aún, de no haber sido derrotada, hoy se hablaría de España como de la potente –pero pacífica- locomotora que estaría tirando del tren de las naciones).
Pero, como si de un mal sueño se tratara, las que se aventuraban plácida niñez para nuestro personaje, y feliz andanza para el régimen político que el pueblo se había dado, se vieron pronto truncadas por el levantamiento en armas de los facinerosos y reaccionarios, que se resistían a perder sus privilegios. A tanta dicha puso fin la rebelión de los hacendados, banqueros, militares decimonónicos y la mayor parte del clero, capitaneados todos por el cobarde, perjuro y sanguinario General Franco, con el decisivo apoyo, militar y económico, de los regímenes nazis y fascistas de Europa, y el encogimiento de hombros de las llamadas democracias occidentales que miraron para otro lado.
Hablaron las armas, callaron las palabras; la concordia fue dinamitada; llegó la guerra…y, con ella, el dolor y la tristeza.
Tristeza de la que Miguel Hernández, el Poeta del Pueblo, de quien este año celebramos el centenario de su nacimiento, y que murió en prisión a la edad de 31 años cuando cumplía condena de 30, tras serle conmutada la pena de muerte impuesta por un arbitrario consejo de guerra, expresó con los siguientes versos:
Tristes guerras si no es amor la empresa; tristes, tristes/ tristes armas si no son las palabras; tristes, tristes/ tristes hombres si no mueren de amores; tristes, tristes..
Y luego de la guerra, con la amargura de la derrota, acompañando en el éxodo a medio millón de españoles: el trágico exilio. Y en Venezuela, que lo acogió, la nostalgia por la patria perdida. La añoranza de la que dejó testimonio Rafael Alberti, con las Canciones y Baladas del Paraná, compuestas en su exilio americano, de las que es hermosísimo ejemplo la CANCION NUMERO 8:
Hoy las nubes me trajeron,
volando, el mapa de España.
¡Qué pequeño sobre el río
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!
Se le llenó de caballos
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo por su sombra
busqué mi pueblo y mi casa.
Entré en el patio que un día
fuera una fuente con agua.
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre sonaba.
Y el agua que no corría
volvió para darme agua.


En Venezuela le sobrevino a Toné la Dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, (uno de tantos sátrapas y marionetas como han puesto y siguen manteniendo los yanquis en América Latina para amordazarla y exprimirla), que ilegalizó a los partidos políticos y persiguió con singular crudeza a sus opositores.

De nuevo en camino. Y del exilio exterior, de vuelta a España, pasó al no menos terrible y margo exilio interior. Aquí se encontró con un país yermo, atrasado, cutre (expresión que Toné empleaba con frecuencia), en blanco y negro (aunque más negro que blanco), que tenía sepultados en las cunetas de los caminos y carreteras, y en los exteriores de sus cementerios, a decenas de miles de desaparecidos por la represión franquista; y con un gobierno que, a la vez que le daba la bienvenida a Mr. Marshall y sus Bases militares, reprimía con saña a quien osara alzar la voz contra el régimen fascista instaurado, y mantenía hacinados en las cárceles a miles de republicanas y republicanos. Entre éstos, al ejemplar y entrañable Marcos Ana, que llevaba recluido 15 años cuando Toné regresó a España, y aún habría de esperar 8 más para salir de prisión. (De su estancia en las cárceles franquistas, cuando llevaba 22 años ininterrumpidos de tortura y cautiverio y dos condenas a muerte, es el Poema La Vida, que Toné, al igual que muchos de los que estamos ahora aquí, tuvo –tuvimos- el inmenso placer de oir recitar al propio Marcos Ana, cuando nos honró con su presencia en los actos conmemorativos de la Segunda República, organizados por el Ateneo en Abril del año pasado):
Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto del río
cuando se cubre de pájaros.
Habladme del mar, habladme
del olor ancho del campo,
de las estrellas, del aire.
Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves,
como la choza de un pobre.
Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor, no lo recuerdo.
¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?
¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una cerradura
y la canción de mis losas?
Veintidós años…Ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma…Escribo
a tientas: “el mar”, “el campo”…
Digo “bosque” y he perdido
la geometría del árbol.
Hablo, por hablar, de asuntos
que los años me borraron
(no puedo seguir, escucho
los pasos del funcionario)

A pesar de que fueron años de férrea dictadura los que, a su regreso, se vivieron en España, Toné, ni se ocultó, ni enmudeció: Su militancia comunista no conoció tregua, tanto en tareas políticas, como sindicales; en la clandestinidad primero, y a continuación en la legalidad. (De esa etapa, su amigo Miguel Cuesta, que me sucederá en el uso de la palabra, tendrá imborrables recuerdos)

En Puerto Real hemos tenido el privilegio de compartir con él los últimos 13 años de su vida, y, por tanto, de conocer de cerca su bonhomía e impecable honradez, su lucidez y sabiduría, y su inquebrantable republicanismo.

Para el Ateneo Republicano, del que fue uno de sus impulsores y fundadores, ha sido, es y seguirá siendo, espejo en el que mirarnos todos cuantos consideramos la vocación por la “res pública” (la cosa pública), como el más noble fin al que dedicarle nuestro tiempo y empeño. En su persona hemos visto encarnados los valores que el republicanismo representa: el servicio público y la solidaridad, frente al individualismo y el sálvese quien pueda; la decencia y la honestidad frente a la inmoralidad y la corrupción; la razón y el conocimiento, frente a la ignorancia y la intransigencia dogmática.
Con la marcha de Toné, al jardín de la Casa Municipal de la Juventud (donde el Ateneo se gestó, constituyó, y realiza la mayoría de sus actos), es como si le hubieran arrancado una de sus majestuosas palmeras: Sin Toné ya no serán iguales las noches veraniegas de cine republicano. Tampoco han sido lo mismo las conferencias y exposiciones que hemos organizado desde que nos dejó…(ni por supuesto, las subsiguientes prolongaciones de esos actos en el Bar Dorado, entre vinos, cervezas y pescao frito). Tampoco serán iguales las celebraciones primaverales del aniversario de la Segunda República.

El año pasado, en Febrero, homenajeamos juntos a D. Antonio Machado, en la Plaza del Ayuntamiento, con una lectura de sus poemas, el día en que se cumplió 70 años de la muerte del poeta en el exilio. Este año, en los actos del Centenario del nacimiento de Miguel Hernández, echaremos en falta la voz grave de Toné. (Memorables han sido sus recitados, como el que hizo del poema de Alberti, UN BURRO EXPLOSIVO PARA FRANCO, el 14 de abril de hace dos años, así mismo en la Plaza del Ayuntamiento:)

Tú todavía, general botijo,
caudillo cantimplora sin pitorro,
liliputiense, hijo
de zorra cabezorra y cabezorro?
Di Francisco, ¿hasta cuándo,
con tus bordados camisones nuevos,
de cara al sol y caraculeando,
nos tocarás las yemas de los huevos?
Contempla, rebozado cochifrito,
la desgraciada Italia de Benito,
la Alemania de Adolfo destrozada…
Pero siendo tan chico de estatura
para contemplar nada,
sube a admirarlas, paticuesco enano,
desde la interminable sepultura
de tanta España muerta por tu mano.
¿Qué ves? Verde te veo,
no de aquél bello azul, azul de Prusia,
que la Falange (luego Falangeta
cuando se le encogió y heló el respiro
traseramente en Rusia)
viera desvanecerse en la puñeta.
¿Duermes tranquilo, Franco?
Cómo son al sentarte tus mañanas,
si atacado de espaldas y de flanco
por tus erectas guardas africanas
velas sin vela, ¡oh Canco, Canco, Canco!
Arriba ya, paneque¡ Baila, andorga;
peonza que al final democratizas;
baila, culo hecho trizas,
baila, Generalísimo pandorga,
sieso manido, sieso
patibulario tieso y patitieso!
Muerto estás ya, Paquita la Católica,
Isabel del Ferrol y de Castilla.
Tu España carajólica
te despide: ¡Presente!
mientras que a los luceros, amarilla,
sube la gloria de mojón caliente.


No. Sin duda alguna, no serán iguales las actividades del Ateneo Republicano sin Narciso Torrente Larrosa; de hecho, ya notamos profundamente su ausencia y magisterio.
Pero no podemos detenernos. Otra España más justa, solidaria y fraternal –particularmente con los que vienen de fuera huyendo de la miseria, el hambre y las guerras ocasionadas por el primer mundo-, es necesaria y posible.

¡Ciudadanas, ciudadanos! Porque va contra la naturaleza de las cosas, la monarquía, tarde o temprano caerá. Pero si se seguimos el ejemplo de Toné, la República llegará más temprano que tarde: la Tercera estará a nuestro alcance. ¡Vayamos a por ella!. SALUD Y REPUBLICA

domingo, 7 de febrero de 2010

Cayo Lara: Seguiremos luchando por un estado laico y democrático, sin hipocresías ni componendas


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El Coordinador General de IU intervino en la VIª Jornada Laicista que ha celebrado Europa Laica en Albacete.

El Coordinador General de IU, Cayo Lara, participó en la mañana del pasado sábado en la VI Jornada estatal que la organización Europa Laica ha celebrado en Albacete bajo el título de “Diversidad de convicciones en un Estado Laico” y que ha reunido a unas 150 personas y representantes de organizaciones laicistas de todo el Estado y de Francia.

Cayo Lara, que estuvo acompañado del Coordinador regional de IU, Daniel Martínez, de la concejala de IU en el Ayuntamiento de Albacete y de otros dirigentes y afiliados de IU, saludó a los participantes y reconoció la labor de Europa Laica en torno a la cual se agrupan otras muchas organizaciones y colectivos laicos de todo el país que forman una extensa red social que defienden e impulsan los ideales laicos y los derechos humanos. También tuvo palabras de reconocimiento y agradecimiento para el presidente de Europa Laica, el albaceteño Francisco Delgado.

El Coordinador General de IU ha afirmado que “el laicismo y la laicidad suponen el principio fundamental de democracia, de libertad de conciencia, de pensamiento y de inclusión social. Significan la igualdad básico de los ciudadanos y ciudadanas y es la que nos constituye en el común del pueblo, sin rangos ni autoridad impuesta, sin privilegios de unos sobre otros”.

“Por eso, remarcó Cayo Lara, ninguna religión particular, ninguna confesión ni secta, puede imponerse en nombre de la democracia”. “La autonomía del poder político en un estado democrático no debe admitir presiones ni injerencias de un poder religioso que intenta situarse por encima o al margen de la Constitución", dijo el máximo dirigente de IU en su alocución a los participantes en la jornada laicista.

Se refirió Lara a los Acuerdos de España con el Vaticano que “permiten a la iglesia católica disfrutar de una serie de privilegios fiscales, económicos y culturales en sus relaciones con el Estado que quebrantan el principio de laicidad proclamado en el artículo 16 de la Constitución”.

“No se trata de acabar con los privilegios de de un credo sobre otros, sino de acabar con los privilegios”, sentenció Cayo Lara, quién lamentó que “después de más de treinta años y varios gobiernos del PSOE éste no se haya atrevido a acabar con estos privilegios y avanzar hacia un estado laico con la excusa de que “ahora no toca””. “Parece que ni toca ni tocará nunca al paso que vamos”, apuntilló el Coordinador General de IU.

También señaló Lara la urgente necesidad de abordar la reforma de la vigente Ley de Libertad Religiosa aprobada en el año 1980 y coincidió con Europa Laica en reivindicar una Ley de Libertad de Conciencia que garantice la neutralidad y laicidad del Estado, la igualdad de trato por parte del Estado a todas las convicciones y creencias.

Finalmente el Coordinador General de IU solicitó la colaboración e implicación de las organizaciones laicas del Estado español en el proceso de refundación de un proyecto de la izquierda que desde su organización están desarrollando, ofreciendo “trabajo leal en este camino que necesita acumulación de fuerzas de cambio y una movilización que la respalde, además de vuestro conocimiento y de las propuestas elaboradas”, dijo Lara.