La Voz… de su amo

Enrique Paniagua en: http://islarepublicana.hol.es/

Eso de “la línea editorial” esconde una palmaria realidad: Quien paga manda.

En esta Isla presumimos de ser la cuna de la libertad de imprenta y expresión, ya que fue aquí, donde el 10 de noviembre de 1810 las Cortes de Cádiz promulgaron el histórico decreto sobre la libertad política de la imprenta.

Pero ocurre que algún medio confunde esa libertad de expresión con la desinformación interesada, la información más interesada aún, la ocultación y el silencio interesado de algunas informaciones o la manipulación e intoxicación de otras o con publicar al dictado de un cheque bancario: Lo dicho, que quien paga manda.

No podríamos culpar, ¿O si? al redactor, dado que la mayoría de ellos trabajan tan en precarias condiciones laborales que les pagan por renglón escrito y que no tienen más opción que escribir al dictado o largarse con su pluma a otro rotativo o al paro.

Por desgracia, en esta Isla, nos sobrarían dedos de una mano para contar los medios que pueden presumir de autentica independencia, de pluralidad y seriedad informativa. La mayoría se deben al cheque gobernante y al nacional catolicismo imperante e impuesto y que solo responden a La Voz de su amo.

Rotativos que el 90% de sus titulares más bien parecen ecos cofradieros o la vida y obra del bipartito desgobernante o la agenda del arcipreste.

Da pena y vergüenza ajena el “tratamiento informativo” que se da a los movimientos ciudadanos que reivindican en la calle, pan, derechos y servicios, minusvalorando sus esfuerzos y sus meritos, devaluando y cuestionando sus peticiones o criminalizando sus actuaciones mientras se loa, se ensalza y se glorifica a un gobierno local ausente, autista, inútil y carísimo para nuestros bolsillos o se colabora con descaro a la permanente catecumenización de la vida social y política.

Eso, señores y señoras, no tiene nada que ver con la libertad de imprenta y expresión, eso no es línea editorial, eso no es información libre e independiente, eso solo es una panfletada al dictado del cheque, eso es La Voz de su amo.